jueves, 15 de octubre de 2015

Fuego!

El Instituto Nacional de Salud del Niño en San Borja nos dice que más de 15 mil niños peruanos son atendidos cada año por quemaduras en diferentes establecimientos del país. Además  expertos señalaron que las quemaduras son la tercera causa de mortalidad infantil en el mundo. Niños entre 1 y 4 años son los más afectados con estos accidentes.

Las lesiones por quemaduras no sólo producen marcas imborrables en el cuerpo, también limitaciones físicas, riesgo de infecciones y un dolor intenso, lo que puede provocar complicaciones en la recuperación del paciente, en especial si se trata de un niño.

Es asi que, se lanzó una campaña bajo el lema "No mas niños Quemados" del  Instituto Nacional de Salud del Niño en San Borja el cual tiene como objetivo la prevención de quemaduras con el fin de disminuir el porcentaje de niños víctimas de estos accidentes.

Esto ira dirigido especialmente para los padres de familia y que estos puedan tomar conciencia de los riesgos que se puedan dar en el hogar, y las prácticas que muchas veces realizamos dentro pueden pasar desapercibidas y no tomarse como peligrosas para los pequeños en casa. 

Los médicos del instituto recomendaron no bajar la olla de líquido caliente al suelo, mantener a los niños lejos de la cocina, no tenerlos en brazos mientras manipule líquidos calientes, mantener los mangos de ollas y sartenes hacia adentro.


El costo de la corrupción

Una encuesta realizada por IPSOS arrojó los siguientes resultados: el 80% de la población considera que Alan García y Alejandro Toledo (ambos ex presidentes de la república) son “mayormente o totalmente corruptos”, mientras los que piensan lo mismo del actual presidente Ollanta Humala llegan al 75%. Frente a este panorama, creo oportuno formularnos la siguiente pregunta: ¿Cómo consolidar a la democracia como forma de gobierno en el Perú cuando más del 70% de los ciudadanos considera que sus 3 últimos presidentes son corruptos?

Y, esto agregado a que no solo se trata de la percepción de los ciudadanos, sino a que mas allá de eso, nos involucra directamente. Debilita el ambiente de negocios y distorsiona los incentivos, pues la economía de mercado se basa en el supuesto de que las empresas que ofrezcan un mejor servicio al menor costo serán premiadas con mayores ventas y mejores ingresos. Cuando los acuerdos dejan de depender de este mecanismo y más bien dependen de quién sea el amigo o pariente del alcalde de turno, la economía deja de funcionar y las empresas pierden el incentivo para competir.

Además, genera malas decisiones, esto se ve reflejado cuando un alcalde corrupto planea el trazo de una carretera de un modo ineficiente pero que le permite cobrar una comisión o contrata con una empresa constructora que usará materiales deficientes pero que le asegura una tajada del negocio, el verdadero costo de la corrupción no está en el monto que aparece en la cuenta del burgomaestre, sino en los defectos de la carretera.

El año pasado, la entonces primera ministra Ana Jara señaló que el monto comprometido en actos de corrupción ascendió en el 2013 a nada menos que S/.10.000 millones, equivalente a 30 veces el presupuesto del programa Cuna Más.

Entonces, las perdidas que se dan por esta 
practica no son insignificantes, y esta limitando a que ese dinero pueda ser invertido en proyecto como construcción de hospitales, arreglo de carreteras, y sobre todo, que ese dinero podría ser brindado en educación. Es decir que, aquí estamos hablando de algo que con el tiempo se ha vuelto cotidiano para nosotros, que incluso se le pone un lema "ROBA PERO HACE OBRAS". Tenemos también que pensar, ¿la culpa es del gobierno y los que lo manejan? o son los ciudadanos quienes callan y se conforman con un país como este?. 



Fuentes: El Comercio
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