martes, 24 de noviembre de 2015

Psicopatologías en choferes de combi

Los choferes de combis, coasters, mototaxis y vehículos particulares que causan accidentes de tránsito tienen algo en común: valores elevados de ansiedad, fobia, compulsión, hostilidad, depresión y paranoia.
Así lo reveló una investigación sobre la conducta de conductores que infringen las normas de tránsito en Lima Metropolitana que analizó a 1.985 conductores varones con edades de 18 a 76 años.
El psicólogo Carlos Ponce Díaz, autor del estudio denominado "Dimensiones sintomáticas psicopatológicas en conductores de Lima Metropolitana", concluyó que el comportamiento de estos conductores está vinculado a una deficiente percepción del riesgo, incapacidad para reaccionar adecuadamente al estrés emocional, tendencias antisociales y escaso control personal,entre otros rasgos.
Además, detectó que los choferes presentan somatización de estas psicopatologías, manifestándose en dolores de columna, gastrointestinales, cardiovasculares, ataques de pánico.
El estudio también determinó que estos problemas se acentúan dependiendo de variables como la edad (jóvenes asumen más conductas de riesgo), estado civil (solteros y convivientes presentan valores más elevados de psicopatologías) y grado de instrucción.
Por ejemplo, aquellos choferes que solo tienen instrucción básica (primaria y/o secundaria) presentan valores altos de las psicopatologías mencionadas en relación a quienes tienen educación superior y técnica.
Según Ponce Díaz, esto se debe a que los choferes con nivel superior o técnica presentan una mayor actitud preventiva y valoran más la importancia que tiene el respeto a las normas de tránsito, así como el peligro que implica consumir bebidas alcohólicas y conducir un vehículo.
Así mismo cabe destacar que el factor humano, es la primera causa en los accidentes de transito, y esto es atribuido en mayor medida a los choferes. 
Por ende es necesario que las evaluaciones psicológicas que se dan al sacar la licencia de conducir sean mas rigurosas en la detección de personas con problemas mas profundos a nivel psicológico. 
Fuente: http://revistaliberabit.com/es/revistas/RLE_21_1_dimensiones-sintomaticas-psicopatologicas-en-conductores-de-lima-metropolitana.pdf

Barra Brava

Una desvirtuada escala de valores, el deseo de encajar en el grupo y la búsqueda de poder, son algunos de los factores mentales que llevan a los hinchas más radicales del fútbol a llegar a la violencia extrema. Esto según los doctores en psicologìa, de la Universidad Carlos III de Madrid, Guillermo Fouce, y Patricia Ramírez.


 Los psicólogos explican que las barras reparten beneficios entre los más violentos, de tal manera que el que muestra mayor violencia tiene un estatus mayor, causando que la violencia sea parte de la necesidad de contrarrestar con agresividad la inseguridad o las frustraciones; problemas de autocontrol que impiden al cerebro activar los mecanismos que diferencian entre lo que se desea y lo que se debe hacer; carencia en el sistema de valores y confusión bien/mal, además de trastornos antisociales de la personalidad.

Sin embargo, detrás de la violencia se pueden encontrar trastornos de la personalidad, pero ello no la justifica.
Para obtener poder a través de la violencia no sólo es necesaria la fuerza bruta, sino también la organización y predisposición para cometer estas agresiones.
La violencia planificada o predatoria, en la que se prepara una determinada situación para hacer daño, y la conducta violenta espontánea, relacionada con el estado individual de cada persona.
Aunque este tipo de conductas se suelen relacionar con personas jóvenes, la participación de adultos en actos violentos puede estar ligada a la dificultad para escapar de la dinámica de grupo o la necesidad de dar ejemplo como líder del mismo.
Esto nos da una visión mas profunda sobre lo que estaría detrás de estas conductas, sin embargo la intervención en este tipo de grupos debe ser interdiciplinaria `puesto que el contexto, factores culturales, socioeconomicos, familiares están ligados a estos actos de violencia en los jóvenes barristas.

Fuente: El Comercio

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Terapia de cine

 



Mercedes Martínez, terapeuta y criminóloga, es la directora de MEDI-CINE, una herramienta de psicoterapia que consiste, como ella misma explica, «en acompañar a un paciente en su proceso terapéutico con el visionado de filmes relacionados con su tema de conflicto». 

Una terapia que resulta fácil para el paciente, que observa su problema con la distancia que da el cine, en la que solo cambia el modo de ver la película, ya que este visionado necesita de una mirada educada, algo a lo que hay que enseñar a la persona. «De este modo, podrá ver cine con un tipo de atención más profunda y, a la vez, podrá analizar su situación personal con mas perspectiva, con otro punto de vista», agrega la terapeuta.


¿La manera? Aconsejarle que vea dos o tres películas relacionadas con el tema que está tratando. Así sigue trabajando en su casa sobre el tema de un modo lúdico y la sesión de terapia no se convierte en un espacio de desahogo, porque hay algo nuevo que se ha ido incorporando a su vida, a través de esos visionados, sobre lo que se puede hablar. Ya no se trata de seguir repitiendo lo que va mal, el paciente ya tiene un modelo (el proporcionado por el cine) para poder reflexionar y cuestionar o plantear un posible cambio.

Entonces:

Observar nuestros problemas desde otra perspectiva, ayudarnos a exteriorizar lo que nos sucede, aprender a conocernos mejor, incluso resolver conflictos emocionales son algunas de las virtudes de ver películas, si se sabe cómo hacerlo.

 

 

Que no te engañe

 


Varios estudios han señalado que quienes comen mientras miran TV, utilizan videojuegos, leen o hacen simultáneamente cualquier otra actividad tienden a consumir más calorías.

La doctora, Suzanne Higgs, experta en psicología del apetito de la Universidad de Birminghan, en Reino Unido, formó parte de un equipo que evaluó varias investigaciones al respecto.

En un artículo publicado en el sitio de la Universidad de Birminghan, se  señaló que se reviso detenidamente unos 24 estudios en los que se comparó a personas que estaban atentas exclusivamente a lo que comían con otras que lo hacían mientras estaban distraídas con otras actividades, como mirar televisión o trabajar en el computador.

La investigación determinó que: cuando las personas estaban distraídas, mirando televisión o en otras cosas, tendían a comer mayor cantidad de una vez.

Pero además, el estudio demostró que esas personas también tendían a compensar más tarde comiendo aún más.

La razón hay que encontrarla no tanto en el estómago sino en el cerebro.

"Si no prestamos atención a lo que comemos porque estamos distraídos, entonces el cerebro no lo procesa, no nos sentimos tan llenos y en consecuencia comemos más calorías tanto en el momento, como más tarde en el día", dijo a la BBC Jane Ogden de la Universidad de Surrey, en Reino Unido.

y tu...

¿Comes mientras miras televisión, caminas o haces cualquier otra actividad?


Lactancia Materna

La leche materna podría reducir el riesgo de autismo en los niños que son propensos genéticamente, según un estudio que publica hoy la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

 La investigación, que aborda la relación entre la lactancia, los genes y la capacidad para percibir emociones, fue liderada por la científica Kathleen Krol, del Instituto para las Ciencias Humanas Cognitivas y del Cerebro de Leipzig (Alemania).

Krol y su equipo estudiaron a 98 bebés de siete meses para determinar cómo la variación genética y la lactancia afectan a la atención que prestan los pequeños a los ojos de otra persona en función de la emoción que le trasmite.

Reconocer las emociones en los otros es una habilidad social clave que depende, en gran medida, de la información de la zona que rodea los ojos en el individuo observado.
Una atención reducida a los ojos del otro se vincula normalmente con discapacidades sociales como el autismo.

El estudio reveló que los niños que fueron amamantados durante más tiempo mostraban una mayor preferencia por mirar a ojos felices y una menor por mirar ojos con expresión triste.
Tras analizar esta información junto con el genotipo, los investigadores determinaron que el efecto de la lactancia en la preferencia visual solo era significativo en los niños que tenían un genotipo de riesgo.

Por tanto, el estudio concluye que la lactancia está relacionada con una mayor sensibilidad a las emociones de los niños y podría reducir el riesgo de autismo en los propensos por genética.

Es asi que, a la lactancia, se agrega otro factor relevante para que las madres deban de continuar con esta práctica, ademas de ser una acción importante en cuanto a la construcción del vinculo que se crea de madre e hijo. Otro punto a favor!. 




Del odio al amor...un solo paso

El paso del amor al odio, esta a solo un paso. Esto se ha comprobado debido a que ambos sentimientos comparten estructuras, según un estudio llevado a cabo en 2008 por Semir Zeki: el núcleo caudado, que forma parte del sistema de recompensa del cerebro, y la ínsula, donde tiene lugar la integración emocional y multisensorial. Para sorpresa de Zeki y su equipo, en su estudio vieron que el odio se origina de forma irracional en las mismas áreas donde antes surgió la pasión amorosa y que activa algunas regiones del cerebro comunes al enamoramiento.
 
Pero a diferencia de lo que ocurre con el amor, que inhibe gran parte de la corteza cerebral, donde se procesan las ideas racionales, en el odio estas regiones están activas. Es más, algunas de las regiones corticales están hiperactivas, posiblemente para calcular o procesar mejor las acciones destinadas a dañar a la persona que se odia.
 
Y es que cuando la persona a la que amamos deja de merecer ese sentimiento, nos volvemos mucho más críticos con ella. Casi automáticamente empezamos a encontrar defectos que antes no veíamos. Es una defensa psicológica de nuestro cerebro que trata de reducir el desacuerdo entre nuestros sentimientos y la realidad. A esa discrepancia los psicólogos la llaman “disonancia cognitiva”. Para sentirnos bien tenemos que reducir la disonancia. Y puesto que no podemos modificar la realidad, optamos por cambiar la forma de pensar sobre ella. Y los defectos afloran para minimizar la pérdida sufrida.
 
Esto aclararia de una mejor forma las conductas, casi locuras, que nos afectan en todo lo que concierne a temas amorosos, y nos podria dar una pizca de tranquilidad el saber que no todo es culpa nuestra.